El proyecto conceptual del pabellón de la Cámara de la Memoria fue sometido a un concurso arquitectónico - urbanístico para el desarrollo del concepto arquitectónico de la Cámara de la Memoria y del Muro de la Memoria en el Cementerio de los Insurgentes de Varsovia en Wola, en la calle Wolskiego organizado por la Ciudad Capital de Varsovia.
Los historiadores estiman que entre agosto y septiembre de 1944 fueron asesinadas entre 150.000 y 180.000 personas (las bajas totales de Varsovia entre los años 1939 y 1944 ascendieron a unas 850.000 personas, según los datos del Museo de los Insurgentes de Varsovia en Varsovia). Los más vulnerables fueron los civiles indefensos. Con frecuencia los asesinados y fallecidos fueron enterrados en fosas comunes, dondequiera que fuera posible se excavaba una tumba: en las calles, plazas, patios, en aquellos lugares que quedaban expuestos tras retirarse el pavimento para la construcción de barricadas. Más tarde los escombros de una Varsovia en ruinas cubrieron toda la superficie de la ciudad.
Inspiracją dla koncepcji Izby Pamięci i Muru Pamięci jest przejmujące zdjęcie ukazujące miejsce, w którym "pochowano" ciała zmarłych pod gruzami.
Respektując zastany układ Parku Powstańców Warszawy, nowo projektowany obiekt Izby Pamięci zachowuje osiowość i symetrię planu Placu Powstańców. Przylega on do południowej krawędzi Placu jako wspólna płyta nagrobkowa wszystkich poległych w czasie walk Powstania Warszawskiego. Część kubaturowa Izby Pamięci została wkomponowana w narożną część niecki, poniżej poziomu posadzki Placu, na wysokości mogił cmentarnych. Tym samym zachowano przebieg istniejącej ścieżki i chodów terenowych, w taki sposób aby stanowiły one wejście do projektowanego budynku zarówno od strony niecki, jak i od strony Placu.
La composición arquitectónica del Pabellón diseñado se basa en un diseño minimalista de formas simples. El edificio de una habitación que conformaba el Pabellón se inscribía en un cuadrado de 19,80m de lado. El volumen del mamparo conforma una serie de plataformas exteriores, cuyos niveles disminuyen entre sí aprovechando la orografía del terreno. Todo el diseño estaba cubierto por un techo plano y rectangular con una incisión trapezoidal que acentuaba el descenso hacia el Pabellón desde la plaza. La azotea en tonos antracita se suponía que dominaría sobre las formas simples tanto del edificio como de las plataformas exteriores. El concepto asume el cubrimiento total de la superficie superior del techo con una superficie de agua muy poco profunda, que se suponía causaría un fuerte impacto tanto sobre la gente que accedía al Pabellón como en los visitantes a la plaza, y en los transeúntes que se dirigían a la c/. Sowińskiego. El entorno circundante junto a los árboles adyacentes que se reflejarían en la superficie del agua darían la impresión de que el edificio se "funde" con el paisaje, interactuando en estrecha armonía con él.
Las formas en bruto y sencillas de la cimentación del pabellón están llenas de simbolismo, inspirando a la reflexión y evocando la gravedad del lugar. Su parcos detalles aunque llenos de expresividad despiertan la imaginación.
El Pabellón se integra perfectamente en los alrededores del cementerio, sin restar protagonismo a las tumbas, cediendo ante el imponente Monumento a los Insurgentes, que constituye la esencia de este lugar de memoria. Lo único que destaca en el terraplén de la Plaza del Muro de la Memoria es la imagen de un camino luminoso que cruza la tranquilidad del Parque. Los autores del Pabellón se esforzaron por conseguir una impresión de continuidad espacial y su conexión simbólica con el cementerio.
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